Cuando cierre Facebook












Cuando cierre Facebook
golpearemos mesas y teclados
repudiaremos al progreso
nos quedaremos quietos, exhaustos, ante la pantalla
algunos llorarán desconsolados
habrá quien implore a su dios
pero tarde o temprano dejaremos la silla
a algunos nos costará más que a otros
la esperanza es un virus muy difícil de extirpar
y hay piernas que se duermen como si fueran hormigueros infernales
muchos querrán seguir diciéndolo todo por mensajes de celular
pero aun para buscar señal, tendrán que levantarse y como zombies
caminar torpemente de un lado a otro
y al final todos saldremos a la calle
dejando casas, cibercafés, bares con wifi desiertos
afuera el día será espléndido
frunciremos la cara encandilados de luz
el sol nos cobrará la ausencia como siempre
pero pronto nos acostumbraremos
y veremos millones de fotos en movimiento, inapresables
descubriremos al desconocido que nos agregó y no aceptamos
viviendo a dos casas de distancia
esquivándonos la mirada y mirándonos después
álbumes enteros, en vivo, a todo color
con sonido, con olor, con textura
irán surgiendo las ganas de hacer miles de cosas
los músculos atrofiados tendrán oxígeno y camino para volver
a desarrollarse y jugar al fútbol en las plazas y correr
a algunos nos darán unas ganas incontenibles de escribir
esa novela que nunca tuvimos tiempo
y entraremos corriendo a la casa en tinieblas
tropezándonos con la mesita que compramos
por mercado libre hace una semana
a cuya presencia aún no nos acostumbramos
y cuando nos sentemos a la pantalla y empecemos
no aparecerá esa mosca insoportable que cada día
a cada minuto se posaba entre nosotros y nuestros sueños
cortando todo posible proceso creativo
por un rato seguirá apareciendo su sombra
pero morirá de inanición como un fantasma
y seremos libres
escribiremos a raudales, jugaremos a todo
cogeremos hasta por los codos
cada loco cantará su tema
hasta que no sea la mosca azul la que nos corte
será el hambre verdadera, la de la panza
o el cansancio satisfecho de haber hecho cosas
y será el recuerdo de que se acabó el azúcar
lo que nos sacará de nuevo de la casa
renovados, frescos
como un río cristalino
para hacer las compras al almacén con ganas
estará lleno de gente, pero qué buena noticia
será
todo el mundo estará charlando
con el primero que se le cruce
será un chat colectivo y permanente
un grupo abierto e infinito
querremos decir “me gusta”
pero no hará falta
se leerá

en el libro abierto de nuestra cara.


(Ilustración por Rosalba Cuevas)

1 comentario:

María angélica dijo...

¡Ay! si ya no existiera, dormiría un par de horas más por noche...